jueves, 13 de noviembre de 2008

Gastronomía en Extremadura

Gastronomía en Badajoz

Badajoz, el sabor de la tradición
La dehesa extremeña es el reservorio de la raza porcina ibérica, de la oveja merina y del vacuno retinto, lo que significa que la disponibilidad de carne de primerísima calidad está asegurada. La cocina es auténtica, poco sofisticada y basada sobre todo en sabores naturales.

Muchos de sus platos típicos empezaron siendo de subsistencia, aprovechando en cada momento los alimentos que ofrecía el campo, lo que hacía muy marcada la cocina de temporada. Espárragos trigueros, cardillos, criadillas de tierra, setas, caza...., han pasado de ser recursos a ser ingredientes escogidos de platos selectos, aportando un sabor que bien combinado con el de otros ingredientes, conforman una cocina original e imaginativa. La perdiz estofada, escabechada y en otros muchos guisos, es la reina de la cocina venatoria, que cuenta además con liebres, conejos, palomas, tórtolas, venados, jabalíes, que ofrecen sus sabores a la gastronomía cacereña.
A veces, sorprenden las preparaciones culinarias, e incluso asustan al forastero con sus nombres, como es el caso de una especie de gazpacho que se llama cojondongo, o la mezcla de tomates y pimientos asados aderezados con aceite de oliva, conocida como zorongollo. La masmarria, el revorvón, los repápalos, la cardincha, el cochofro, son también platos típicos de la provincia, que a pesar de sus nombres sólo tienen en su composición excelentes ingredientes naturales.

La tradición del cerdo ibérico

Especial importancia tiene la matanza del cerdo y su aprovechamiento integral, que se hace en una parte pequeña en fresco, asando piezas que se consumen en el momento, en una especie de fiesta familiar, y el resto, que constituye la mayoría transformada en chorizos, morcillas, salchichas, lomos, morcones, paletillas, jamones y otras muchas chacinas más que dan sabor a cocidos, ollas, migas y otros variados platos típicos. Calderetas, hígado de cordero encebollado, criadillas, asaduras, cordero asado, cabrito, cochinillos y las clásicas preparaciones de la carne de vacuno, completan una oferta cárnica excepcional. Hay que añadir muy diversas preparaciones de bacalao, algunas de origen monacal, y unas excelentes tencas, cada vez más abundantes en los numerosos pantanos, que fritas son de una calidad extraordinaria. Los quesos de la provincia son buenísimos y variados, pero sobre todos destacan uno de cabra, denominado “quesaillas” y otro de oveja, la Torta de La Serena, de pasta blanda, cremosa, untable y de un sabor extraordinario.

El postre y el vino

La provincia de Badajoz es rica en repostería. Desde algunos estacionales, como los buñuelos o borrachuelos, a otros que puede encontrarse durante todo el año: calderillas, perrunillas, bollos de chicharrones, arrope, hojaldradas de almendra y la técula-mécula. Regados con el vino de la tierra, pueden satisfacer al paladar más selecto. Los mejores caldos de la provincia de Badajoz, están adscritos a la Denominación de Origen Ribera del Guadiana, que ampara vinos blancos, rosados y tintos. No obstante y aunque sin D.O. también puede optarse por los correctos vinos de la Tierra de Extremadura.

Gastronomía en Cáceres

Cáceres, paraíso de caza

La abundancia de la caza en Cáceres ha caracterizado siempre su cocina. En algún momento fue una carne de subsistencia y luego de auténtico lujo, merced a cuidadas preparaciones culinarias que culminan en la perdiz a la moda de Alcántara, adoptada por la cocina francesa de palacio.
Además de la perdiz, otras aves, caza de pelo, mayor y menor, hacen a esta provincia una delicia para los aficionados cinegéticos.

La Vera es una excelente huerta en la que se producen tomates sabrosos y pimientos. De los pimientos se obtiene un excelente condimento: el pimentón, que es un ingrediente fundamental de casi toda la chacinería española.

El pescado, de río...

El pescado también está presente en los fogones cacereños. En esta provincia existen numerosas formas de preparar el bacalao, pero también se puede optar por el pescado de río: las truchas del Jerte, o las tencas. Las tencas fritas son clásicas en la cocina cacereña. En cualquier caso, también hay recetas originalísimas de la gastronomía extremeña que tienen su origen en los tiempos en los que anguilas y lampreas remontaban los ríos, y que hoy se siguen usando con otros pescados.

El mejor embutido


Son excelentes las chacinas y los salazones del cerdo ibérico. Algunos productos que pueden saborearse son el salchichón, el chorizo blanco, la morcilla fresca... pero por encima de todo el jamón, el jamón de pata negra de Montánchez y Piornal. Un auténtico placer para los sentidos. Un placer que se hace aún mayor si estos productos se consumen acompañados de vinos de Pitarra; caldos cacereños que todavía se elaboran de forma tradicional.

Y el mejor queso

De todos los quesos españoles, el más original, el que tiene más personalidad, el que se ha convertido en un símbolo de calidad, es la Torta del Casar, que se hace con la leche de oveja y que, en un proceso de fermentación especial, produce una auténtica exquisitez, suave, sabrosa, y con tal sabor y aromas, que nunca se puede olvidar.


La repostería cacereña

Dentro del capítulo dedicado a los dulces, en Cáceres podemos encontrarnos con una gran variedad de los mismos. Desde dulces de cuchara como los huevecillos, hasta productos de repostería clásica. Bizcochos, perrunillas, repápalos, bollos de chicharrones o monuméntelas de Alcántara son algunas de las exquisiteces, destinadas a hacer las delicias de los más golosos.
2. Gastronomia de interés

Gastronomía Extremeña
Su gastronomía es variada y cabe destacar la menestra de cardillo y borraja, el gratinado de ajo porro, las perdices estofadas al queso de La Serena, el cocido extremeño y las migas. El cerdo ibérico es el manjar más conocido y apreciado. Sus productos más destacados son los jamones ibéricos, destinados a la exportación. También cabe mencionar la carne de vacuno, el cordero merino, los quesos artesanos de Casar, La Serena y Los Ibores, las cerezas del Jerte y los vinos de Tierra de Barros.

Son varios los restaurantes en los que se pueden degustar estos excelentes platos, entre los más destacados se encuentran el Figón, el Parador y el Atrio.
Si quieres degustar los mejores alimentos de Extremadura:

"Toma Nota"...
Gazpacho extremeño

Ingredientes (4 personas): cuatro dientes de ajo, dos tomates grandes bien rojos, maduros y consistentes, un migón de pan de unos 100 gr. (además del pan destinado a añadir al final a nuestro gazpacho), 1/4 de litro de aceite, 3/4 de litro de agua, un chorrito de vinagre de buena calidad y sal.

En el almirez se empieza por majar bien los ajos, a los que se habrá añadido un poquito de sal; seguidamente se adiciona aceite y se va montando como si se fratase de un ajiaceite. Al quedar bien montado, se le añade el migón de pan, previamente remojado en agua y exprimido.
Continúese trabajando con la mano del almirez hasta formar una pasta, que aclararemos con el agua fresca. incorporada lentamente mientras se sigue removiendo, hasta que adquiera la consistencia de unas natillas. Rectifíquese con sal y pimienta. Viértase en una ensaladera, donde se le añade más miga de pan. y déjese reposar unos diez minutos. Al servirlo, échese el tomate pelado y cortado a trozos pequeños y por último, el vinagre.

Frite extremeño (Caldereta)
Ingredientes (4 personas): 600 gr. de carne de cabrito lechal, 200 gr. De hígado, una cebollita pequeña, seis dientes de ajo, dos decilitros de vino del llamado "pitarra", un vasito de caldo o agua, una brizna de tomillo, una hoja de laurel, media guindilla, dos pimientos morrones, un decilitro de aceite, dos cucharadas de manteca de cerdo. Una cucharada de vinagre, 6 gr. de pimienta. una cucharadita de pimentón, sal y pimienta molida.

La carne, después de lavada y seca. se parte en 8 trozos, que se sazonan con sal y pimienta. La cebolla se corta en juliana fina. Se cogen dos dientes de ajo sin pelar y se fríen con aceite en el interior de una cazuela, luego se sacan y se reservan para más tarde. Reúnanse en el interior del utensilio la manteca de cerdo, la cebolla, el cabrito, el hígado, el laurel, el tomillo, el pimentón y la guindilla. Dórese.

A continuación se le añade el vino. En cuanto rompa el hervor se hace lo propio con el agua, que deberá estar caliente, incorporándola en dos o tres etapas y en cantidades mínimas hasta que se forme una salsa. Rectifíquese de sazonamiento. Mientras se reducen los líquidos del recipiente. se asan al rescoldo los 4 dientes de ajo restantes, los cuales se reúnen con los anteriores fritos y se majan en el mortero junto con el hígado de la res, los granos de pimienta y los pimientos morrones.

Una vez conseguida una pasta compacta. se aclara con el vinagre y se insiste en el removido hasta obtener una composición lisa, que se vuelca en el guiso del cabrito. Continúese cocinando. Cuando se observe que la carne está tierna, se le retira el tomillo y el laurel y se sirve.


Torrijas
Ingredientes: Pan en rebanadas, leche, canela, huevo, aceite y miel.
Se esponjan las rebanadas en la leche con el azúcar y canela. Se enhuevan y fríen. Tras escurrir en escurridera, se pasan por miel previamente derretida; en doble cantidad de agua, a fuego lento.

Torrijas con leche

Se cuece leche con azúcar y, luego, se empapan ligeramente en ella unas rebanadas de pan, largas y corno de medio dedo de gruesas, friéndolas, después de enhuevadas, hasta que estén bien doradas. Al sacarlas de la sartén. se colocan en una fuente con la leche sobrante, arreglada de azúcar y canela al paladar; se le agrega cáscara de limón o naranja rallada, y se dejan así por espacio de una hora o más, para que se enfríen y crezcan.

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