viernes, 14 de noviembre de 2008

Fiestas Otoño Extremadura

Noviembre

Cofradía del Niño o también las Rajas (Galisteo) (05/11--05/11) (Primer Domingo)

Esta fiesta de Galisteo es una de las celebraciones datada como más antiguas de la región
Estamos en Navidad. Estamos en Galisteo (Cáceres). Estamos ante uno de las más antiguas tradiciones extremeñas datadas. Aunque algunos dicen que viene de 1667, otros que mucho atrás, lo cierto es que hay un libro de actas de 1764, donde aparece una relación de cada cabildo y los estatutos de esta cofradía.

«Treinta y tres años de edad,tuvo Jesús, alma mía,treinta y tres hermanos tieneésta Cofradía».
Compuesta por ése número de hermanos, que nunca ha variado en todos esos años. Además, tienen que haber nacido en Galisteo, o estar casado con alguien de aquí. Situado al SO de Plasencia, apenas a 20 kms, en las cercanías de las confluencias de los ríos Alagón y Jerte, posee una arquitectura muy peculiar de la zona y un recinto amurallado, a base de tapial revestido de cantos rodados, procedentes del cercano río Jerte.En su impresionante muralla, se abren tres puertas -Santa María, de la Villa y la Puerta del Reloj-, con un capitel octogonal del catorce en su torre de defensa; reconstruídas en la época cristiana, aunque conservando el tradicional trazado en recodo, característico del sistema defensivo almohade de principios del s. XIII. Intramuros, encontraremos la iglesia de Ntra. Sra de la Asunción, con campanario separado de ella, y un bello ábside mudéjar, lo único que ha permanecido de la inicial, mucho mayor que la actual; y en la que hay que destacar el retablo barroco del XVIII. Admiraremos, además, la portada de alguna construcción palaciega, de los antiguos señores de Galisteo.Fuera del recinto amurallado, hay un gran puente granítico del XV. Ya situados, asistamos a la serie de actos que se celebran -a lo largo de siglos-, cada una de sus Nochebuenas; representando los hermanos componentes de la Cofradía uno de los muchos 'Autos Sacramentales' con que cuentan cantando las rajasLa noche del 24 de diciembre, todos los cofrades cubiertos con grandes capas negras, alumbrados con el farol de aceite que lleva el hermano mayor; acompañados con el sonido de castañuelas, almireces y un tambor, caminan hacia cada casa de los treinta y tres hermanos; recibidos, con alborozo, por sus familiares, mientras se van cantando las 'rajas' (villancicos)... o se reza, si están de luto, dejando un farolillo en el umbral. Mientras, los gritos de 'Viva la Cofradía del Niño Dios' resuenan por las calles y plazas del pueblo.

Diciembre

La Encamisá (Holguera) (08/12) (Primer Domingo) /
Los Escobazos (Jarandilla de la Vera) (Primer Domingo)

Los Escobazos y La Encamisá

Extremadura ofrece no sólo importantes recursos naturales y patrimoniales. En sus pueblos, ciudades y aldeas, un buen número de fiestas singulares permiten comprender el carácter de sus gentes. Los Escobazos en la comarca de La Vera, en Cáceres y La Encamisá en el pueblo de Torrejoncillo, en la Alta Extremadura, son una buena excusa para disfrutar de manifestaciones particulares y respirar el aire de Extremadura.

Ambas han sido declaradas Fiestas de Interés Turístico Regional. Y es que su espectacularidad y singularidad no es para menos. En Los Escobazos, en Jarandilla de la Vera, en la noche del 7 de diciembre, vísperas de la Inmaculada Concepción, prima el fuego, mientras que en La Encamisá de Torrejoncillo, los caballos (en Jarandilla también los hay) y las sábanas blancas son los protagonistas.

Antiguamente los pastores de la zona cuando regresaban al pueblo intercambiaban "escobazos" unos con otros por medio de escobones para celebrar su vuelta a casa y su encuentro con la familia y otros pastores

Cuentan los jarandillanos que antiguamente los pastores de la zona cuando regresaban al pueblo intercambiaban "escobazos" unos con otros por medio de escobones para celebrar su vuelta a casa y su encuentro con la familia y otros pastores. Algunos apuntan que los cabreros bajaban de la sierra para celebrar la fiesta de la Inmaculada. Salían de madrugada y al tener dificultades para ver se proveían de escobones. Para ello utilizaban un arbusto muy común en La Vera, la escobera, que arde con facilidad, elaborando enormes antorchas que se denominaron escoberas. Otros achacan esta tradición a una costumbre antigua que tenían los agricultores para celebrar la finalización de las tareas del otoño.

En cualquier caso, hoy día, se ha convertido en una fiesta espectacular. El viajero no tiene por menos que portar ropas muy viejas, así como algún gorro o capucha y guantes para protegerse del fuego. La fiesta comienza a las siete de la tarde. Los jarandillanos van por las calles repartiéndose "escobazos" unos a otros y bebiendo vino, hasta las nueve, hora de la procesión. En ese momento se vitorea a la virgen y se la ilumina con lo que queda de los escobones. Es el momento culminante de la fiesta.

Canción Popular de Los Escobazos

¡Virgen de la Concepción, mañana será tu día!Y subirás a los cielos, !Quien fuera en tu compañía!Ardía la zarza, y la zarza ardía.Y no se quemaba la Virgen María. Ardia la zarza, y la zarza ardió. La Virgen María doncella y parió.¿Cómo pudo ser?, ¿Cómo pudo ser?. Aquel que lo hizo, bien lo supo hacer.Toda la noche he venido, rodando como un troncón. Sólo por venirte a ver, Virgen de la Concepción.Ardía la zarza, y la zarza ardía...

También los vecinos de Torrejoncillo, en Cáceres, debaten sobre el origen de La Encamisá, que reúne a propios y a extraños la noche del siete al ocho de diciembre. Si el viajero "interroga" a algún que otro viandante le dirá que desde hace siglos los del pueblo utilizaban sábanas blancas para camuflarse cuando estaban pasando por situaciones difíciles. Pero, tal vez, en algún bar escuchará que fue la virgen quien salvo a las gentes de Torrejoncillo en una batalla que estaban librando hace ya muchos siglos.

Primero, será el trotar de los jamelgos por las calles quien anuncie el inicio de la fiesta. De este modo, con todo el pueblo el la calle y bajo la mirada de los curiosos, los caballos portan a los jinetes cubiertos con sábanas blancas en cuya espalda se dibujan estrechas que rodean la imagen de la virgen

Dimes y diretes que sirven para ponerse en antecedentes de lo que más tarde va a suceder. Primero, será el trotar de los jamelgos por las calles quien anuncie el inicio de la fiesta. De este modo, con todo el pueblo el la calle y bajo la mirada de los curiosos, los caballos portan a los jinetes cubiertos con sábanas blancas en cuya espalda se dibujan estrechas que rodean la imagen de la virgen. Vienen con faroles que han recogido anteriormente de manos del mayordomo de la fiesta. El repicar de las campanas, los disparos y los vítores estremecen el ambiente, poniendo un acogedor calor a esta fría noche de invierno.

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